Recibí las 00 rodeada de un equipo de mujeres maravillosamente humanas y profesionales. Me reí. Me reí hasta el dolor de panza y bebí alcohol hasta el dolor de cabeza.
Amo a la Facultad de Sociales con todo mi ser y me enloquece cada día más mi carrera. A traves de la fotografía voy descubriendo todo un universo y aprendo cada día más a mirar y a usar mejor el foco.
Tengo un trabajo que no me gusta lo suficiente. Soy obrera de la privilegiada clase media que puede ser pobre y recibir educación al mismo tiempo. Mi psicologa es un aparato mundial y única que me deja comer mandarinas en las sesiones.
Ser tía es una de las cosas más hermosas que me pasó rn la vida. Compartir, jugar y acompañarlos es felicidad.
Monsanto y toda su mierda es lo peor de este mundo. Sufro viendo documentales, de hecho amo sufrir, y consumo verduras organicas agroecologicas.
Mi padres no son los mejores del mundo, la mayoría del tiempo son unos pendejos medio pelotudos que son humanos y hacen lo que todos: lo que saben, lo que pueden y lo que les da. Los acepto y los amo así.
Las pibas de la Secretaría de Diversidad y Géneros son el colectivo que más profundamente me abrazó: crecemos, aprendemos, escuchamos, debatimos... aprendí lo que significa el lazo político entre mujeres.
A esta altura me considero judeo anarco nihilista absurdita y un buen amigo me sugirió que le agregara "sindicalista". No creo que la biología me determine por lo que cada día me tomo un momento para cuestionarme, soy porque soy un ser social y no por que "nací", soy en la otredad, en la naturalidad de la diferencia
Tengo treinta y le debo al sistema mucho dinero por las tarjetas de credito. Tengo treinta y voy al banco en pijamas, pantuflas y el poncho de mi abuela. Tengo treinta y mi vida sexual es la misma nulidad: antes garchaba con tres a la vez y a lo que va del año tengo acumulados tres polvos. Tengo trienta y me dicen "pero no pareces" y yo no sé cuál es la cara de treinta. Tengo treinta y siento que no le debo nada a esta sociedad, no tengo por qué soportar la vulgaridad del promedio.
París tuvo su "belle epoque"... Yo tengo treinta 💗
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